Penetrando en los dolores de nuestra Señora cuando recibió en sus brazos a su Divino Hijo.
¡Oh Fuente inagotable de verdad, cómo estás tan agotada!
¡Oh Sabio Doctor de los hombres, cómo te has vuelto mudo!
¡Oh Esplendor de la Luz Eterna, cómo estás tan apagada!
¡Oh Amor verdadero, cómo tu hermosa figura se ha deformado!
¡Oh Altísima Divinidad, cómo me haces ver a mí en una tan grande pobreza!
¡Oh Amor de mi corazón, cuán grande es tu bondad!
¡Oh Delicia de mi Corazón, cuán excesivos y múltiples han sido tus dolores!
Señor mío, Jesucristo, Tú que tienes en común con el Padre y el Espíritu Santo una sola y misma naturaleza, ten piedad de toda criatura y principalmente de las almas del Purgatorio. Amén.
Señor mío, Jesucristo que te encuentras en los brazos de Tu amada Madre, la Santísima e Inmaculada Virgen María, a los pies de la Santa Cruz, Ten a bien escuchar nuestras súplicas y libera 15 almas que sufren en las llamas ardientes del Purgatorio. Amén
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